CONSTANTINO Y EL CRISTIANISMO

Constantino I El Grande (306-337), fue el primer Emperador cristiano que trasladó la capital a Constantinopla. El título de Emperador,  que en su origen solo significaba "Comandante en Jefe", les pareció a los romanos más aceptale que el de Rey. El Emperador Constantino, antes de la batalla de Ponte Milvio (312 d.C.), después de haber visto, según la narración que cuenta el historiador Eusebio, a unos ángeles alrededor de una cruz con la inscripción "In hoc signo vinces" (Con este signo vencerás), ordenó que se alzara el signo divino de la Cruz en un estandarte militar. Constantino, con el signo cristiano en su bandera, consiguió cuatro victorias seguidas sobre el ejército de su rival Majencio. Este símbolo militar se representaba con una larga pica (lanza larga con punta de hierro utilizada en una época como arma de la infantería) adornada con oro, atravesada por un palo de madera. En la parte superior de la pica aparecía ensartada una corona de oro, cubierta de piedras preciosas y en el centro aparecía el monograma de Jesucristo, formado por las dos letras griegas X y P,superpuestas una sobre la otra. De los dos brazos colgaba una bandera de púrpura cubierta de orlas de oro. 

Constantino confió este precioso estandarte a cincuenta valeroso soldados para que lo defendieran hasta la muerte. Con este gesto se fundó la gloriosa milicia constantiniana y a estos intrépidos soldados se les llamó "Caballeros Angélicos Áuricos de la Cruz de Constantino". Se les denominó "Angélicos" en recuerdo a los ángeles que se la aparecieron a Constantno el día de la batalla de Ponte Milvio; "Áuricos" por el cíngulo de oro que les adornaba.

Constantino El Grande, después de haber sido purificado por del pecado con el agua del bautismo, creó el cuerpo de soldados denominado "Caballeros Áuricos, para la defensa del nombre cristiano". Posteriormente, este origen tuvo nuevas confirmaciones de los Pontífices, mediante cartas apostólicas, bulas y privilegios. La primera regla la escribió, en diez capítulos, San Basilio, Obispo de Cesarea, y fue aprobada pro el Papa San León. Constantino si bien no se bautizó hasta el años 337, sí tomó decididamente partido a favor de la religión que le había dado la victoria en Verona, en Ponte Milvio y cerca de las puertas de Roma. Con el Edicto de Milán (313), el emperador Constantino elevó la religión cristiana a la categoría de religión oficial del Imperio. Los cristianos habían superado la prueba, habían sobrevivido a la persecución y habían conseguido reorganizarse.

La adopción del cristianismo como religión oficial del Imperio dio un importante impulso al desarrollo de la comunidad cristiana. Muchos de los que profesaron la antigua fe, pasaron del paganismo al cristianismo, no tuvieron la impresión de adentrarse en una atmósfera extraña, ni de experimentar una transformación inesperada.

Constantino está considerado como uno de los más grandes benefactores de la Humanidad, por haber convertido al cristianismo el Imperio Romano. 

La fundación de Constantinopla marca el inicio de una nueva era en la que el mundo romano y el mundo griego fueron alejándose progresivamente hasta que la unidad del Imperio no fue más que una teoría y una esperanza. El gobierno romano, en la forma que lo había configurado Diocleciano y Constantino, sobrevivió hasta la conquista de Constantinopla en 1204. 

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