jueves, 23 de abril de 2020

Historia y vida de San Jorge de Capadocia

Hoy 23 de abril se celebra la Festividad de San Jorge de Capadocia, Santo Patrón de la Soberana y Real Casa de Capadocia, pero quién era Jorge de Capadocia?

Jorge de Capadocia es el nombre de un Príncipe de Capadocia, soldado romano en el ejército del emperador Diocleciano, mártir y más tarde santo cristiano. Se le atribuye haber vivido entre 275 o 280 y el 23 de abril de 303. Es considerado pariente de Santa Nina.


Según las tradiciones más antiguas, Jorge era un Príncipe de Capadocia que sirvió como oficial en el ejército del emperador romano Diocleciano. El único hecho de su vida atestiguado por fuentes fiables parece ser su martirio hacia el año 303, San Jorge fue decapitado por profesar el cristianismo en Lydda, Palestina (hoy Lod, Israel). Se cuenta que el martirio fue ordenado por el propio Diocleciano, después de que San Jorge le recriminara la cruenta persecución de los cristianos que el emperador había iniciado ese mismo año.

Su popularidad en la Edad Media le ha llevado a ser uno de los Santos más venerados en las diferentes creencias cristianas e incluso — en un fenómeno de sincretismo — en las religiones afroamericanas y musulmana de Medio Oriente especialmente Palestina donde le llaman Mar Djíries (árabe cristiano) o Al-Jádr (árabe tanto cristiano como musulmán).

La leyenda -posiblemente originada en el siglo IV- cuenta la historia de Jorge, un romano que tras morir su padre -Geroncio, oficial del ejército romano- se trasladó con su madre Policronia hasta la ciudad natal de ésta, Lydda -actual Lod, en Israel-. Allí, Policronia pudo educar a su hijo en la fe cristiana y poco después de cumplir la mayoría de edad se enroló en el ejército. Debido a su carisma, Jorge no tardó en ascender y, antes de cumplir los 30 años fue tribuno y comes, siendo destinado a Nicomedia como guardia personal del Emperador Diocleciano (284 - 305).


En 303, el Emperador Diocleciano emitió un edicto autorizando la persecución de los cristianos por todo el Imperio, que continuó con Galerio (305 - 311). Jorge, que recibió órdenes de participar, confesó que él también era cristiano y Diocleciano ordenó que le torturaran para que apostatase, aunque sin éxito. Por ello se ordenó su ejecución y fue decapitado frente a las murallas de Nicomedia el 23 de abril de 303. Los testigos convencieron a la emperatriz Alejandra y a una anónima sacerdotisa pagana a convertirse al cristianismo y unirse a Jorge en su martirio. Una vez muerto, el cuerpo de Jorge fue enviado a Lydda para que fuera enterrado.

Su veneración como mártir comenzó relativamente pronto. Se tienen noticias a través de relatos de peregrinos de una Iglesia construida en Diospolis (la antigua Lydda) en su honor durante el reinado de Constantino I, que se convirtió en el centro del culto oriental a Jorge.

Hacia los años 518 - 530, el Archidiácono y bibliotecario Teodosio relata que Diospolis era el centro del culto de Jorge. Un peregrino anónimo de Piacenza menciona lo mismo hacia el 570.

La Iglesia fue destruida en 1010 y más tarde reconstruida por los cruzados. En 1191 y durante la Tercera Cruzada (1189 - 1192), la Iglesia fue destruida de nuevo por las fuerzas de Saladino. Una nueva iglesia fue erigida en 1872 y aún se mantiene en pie.

Durante el Siglo IV, la veneración al Santo se extendió desde Palestina al resto del Imperio romano de Oriente. En el Siglo V su popularidad llegó a la parte occidental del imperio.


CANONIZACIÓN

En 494 Jorge de Capadocia fue canonizado por el Papa Gelasio I, más lo incluyó junto con «...aquellos cuyos nombres son justamente reverenciados, pero cuyos actos sólo son conocidos por Dios».

Esta afirmación no evitaría la creación de diversas historias apócrifas sobre su vida, varias de ellas llenas de milagros. De acuerdo con la Enciclopedia Católica, el texto más antiguo preservado sobre la vida del Santo se encuentra en el Acta Sanctorum, identificado por estudiosos como un palimpsesto del Siglo V, «lleno de extravagancias y maravillas más allá de cualquier credibilidad».


Hacia finales del Siglo VI, el Abad irlandés Adomnanus de la Abadía de la isla de Iona relata algunas de las leyendas orientales de Jorge recogidas por el Obispo galo Arkulf en su peregrinaje a Tierra Santa en el año 680.

En los comienzos del Islam, el santo cristiano se unió —a través del sincretismo religioso y cultural— con el profeta judío Elías, el predicador judío samaritano Phineas y el santo islámico al-Hadr ('el verde', del árabe hadir) para formar una figura religiosa que era y todavía es venerada en Oriente Próximo.

El nombre de al-Hadr es más corrientemente transcrito como al-Khidr o al-Khadir, mientras para el habla hispana sería más correcto al-Jadir o al-Jidr.

La historia de al-Jidr con el profeta Moisés en el Corán árabe: al-Qur'an al-Karim donde se le llama Musa se encuentra en la azora 18, Surat al-Kahf. Es una historia mística y gnóstica del sufismo, la ciencia esotérica del Islam.


LEYENDA DEL DRAGÓN

En el Siglo IX aparece otra popular historia: San Jorge a caballo como vencedor de un dragón. Esta historia, que es parte de La leyenda dorada, también es conocida como "San Jorge y el dragón", y es el probable origen de todos los cuentos de hadas sobre princesas y dragones en Occidente.

Debe tenerse en cuenta que la leyenda se relata en diversas partes de Europa (como por ejemplo el mito griego de Perseo) y Asia Menor como propia (e incluso en el Japón, donde se puede equiparar a Jorge con el dios del trueno Susano-oh, a la princesa con la doncella Kushinada y al dragón con Yamata-no-Orochi), así que los detalles varían según la tradición local.

Existe una tradición cristiana ortodoxa que sitúa el encuentro de san Jorge con el dragón en Beirut (Líbano), donde es el Santo patrón de la ciudad.

La leyenda occidental medieval comienza con un dragón que hace un nido en la fuente que provee de agua a una ciudad. Como consecuencia, los ciudadanos debían apartar diariamente el dragón de la fuente para conseguir agua. Así que ofrecían diariamente un sacrificio humano que se decidía al azar entre los habitantes. Un día resultó seleccionada la princesa local.

En algunas historias aparece el rey, su padre, pidiendo por la vida de su hija, pero sin éxito. Cuando estaba a punto de ser devorada por el dragón, aparece Jorge en uno de sus viajes (a menudo a caballo), se enfrenta con el dragón, lo mata y salva a la princesa. Los agradecidos ciudadanos abandonan el paganismo y abrazan el cristianismo.

La historia, antiguamente considerada verdadera, ha sido abandonada progresivamente. Por otra parte, pocos dudan de que contenga un rico simbolismo religioso, para el que se han propuesto diversas interpretaciones.
Una antigua interpretación cristiana del mito: Jorge sería el creyente, el caballo blanco la Iglesia y el dragón representaría el paganismo, la idolatría, la tentación y Satanás.


Algunos historiadores laicos consideran que la historia tiene raíces más antiguas que las cristianas. En Capadocia, como una de las primeras regiones en adoptar al santo, puede que haya habido una integración de elementos paganos. Un candidato a predecesor de Jorge de Capadocia es el dios Sabacio, padre celestial de los frigios, conocido como Sabazius por los romanos. Se sostiene que su imagen a caballo arrollando a una serpiente sería el origen de la popular imagen de San Jorge sobre un caballo blanco.

Por otra parte, la historia de Jorge y el dragón tiene muchos elementos comunes con el antiguo mito griego de la princesa etíope Andrómeda y su salvador y posterior esposo Perseo, vencedor de la gorgona Medusa. En ambos casos hay un dragón / gorgona con su decapitación, una princesa y una recompensa, en un caso el matrimonio, en el otro la conversión de la ciudad. Algunas de las leyendas sobre Jorge y el dragón sitúan la acción en Libia (antiguamente, toda África del norte al oeste de Egipto), es decir, la acción en ambos casos se sitúa en distantes reinos «mágicos».

Finalmente, el origen podría estar en una manifestación alternativa de Miguel Arcángel, que está al frente de las huestes celestiales. En otras palabras, Georgius era la encarnación o bien el avatar del Arcángel Miguel, el comandante en jefe del ejército de los cielos (Josué 5:13-15; Daniel 8:25, 10:13, 12:1; Zacarías 3:2; Judas Tadeo 1: 8; Apocalipsis 12:7)


POPULARIDAD EN OCCIDENTE

Se puede demostrar que en el reino Franco merovingio ya se veneraba a Jorge de Capadocia en el siglo VI. Sin embargo, no fue hasta la Alta Edad Media, la época de las cruzadas y de la caballería, cuando se extenderá el culto en Europa.

Jorge se convirtió en el protector de los cruzados en la conquista de Jerusalén (15 de julio de 1099). Como miles Christi, es decir, 'soldado de Cristo', se convirtió en patrón de los caballeros y soldados, y en protector de algunas órdenes religiosas militares, como la Orden Teutónica (siglo XII) o los Templarios.

Hacia el siglo XII, la leyenda áurea se extendió por Europa. Santiago de la Vorágine (hacia 1230 – 13 de julio de 1298), Arzobispo de Génova escribió la Legenda sanctorum, una colección de fábulas sobre distintos santos. La historia de Jorge de Capadocia destacaba entre otras. El libro, por el valor que tenía a ojos de los lectores del Siglo XIII, acabó conociéndose como Legenda aurea o Leyenda dorada.

La información contenida en sus 177 capítulos (que en otras ediciones son 182) actualmente se considera falsa, pero de notable valor literario. Se estima que el libro tuvo una profunda influencia en la extensión de la leyenda en Occidente, tanto a nivel popular como en la literatura y la pintura de Europa Occidental.

En los últimos siglos de la Edad Media, Jorge se convirtió en patrón de ciudades, Burgos y casas nobles; también llegó a ser el primero de los 14 santos ayudadores como protector de los animales domésticos.

En el siglo IX (o quizás posteriormente el siglo XI) aparece en Alemania la Canción de San Jorge. La canción, basada en precedentes latinos y redactada en alto alemán, cuenta el martirio del santo. Es atribuida al primer poeta conocido en el idioma alto alemán, Otfrido de Wissenbourg (hacia 800–después de 870), aunque sólo se puede demostrar la existencia de la canción a partir del siglo XI. El origen podría estar en el monasterio de Prüm, al que el emperador Lotario I (840–855) donó un brazo cercenado y disecado, diciendo que era una reliquia de San Jorge. Eso lo convirtió en el centro de veneración de los francos.

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